Eiusdem o Ejusdem
En el
alfabeto latino la letra jota era una variante caligráfica de la i. En latín y en las lenguas
romances de la Edad Media representaba indistintamente los sonidos /i/, /iː/ y
/j/. La letra “j” con valor autónomo se incorporó al alfabeto latino en el
siglo XVI por Louis Elzevir, por lo cual no es probable que los romanos hayan
escrito ejusdem, sino eiusdem.
Gaceta Oficial N° 100.000 Extraordinaria
o
Gaceta Oficial N° 100.000 Extraordinario
Conforme con la Ley
de Publicaciones Oficiales, la Gaceta
Oficial es una sola y «…se
publicara todos los días hábiles, sin perjuicio de que se editen números
extraordinarios…»
-artículo 12-. Según el parágrafo único de ese mismo artículo «[l]as ediciones extraordinarias de la GACETA OFICIAL tendrán una
enumeración especial».
Atendiendo a los preceptos referidos, los
números que identifican a la Gaceta
Oficial son de dos tipos: ordinarios (cuya condición no se menciona expresamente en la Gaceta Oficial porque
son la regla) y extraordinarios
(cuya condición sí se menciona expresamente por ser la excepción). Por tanto, visto
que tales calificativos identifican al número de la Gaceta (masculino) y no a la Gaceta Oficial en sí (femenino),
el calificativo debe ser utilizado en masculino: extraordinario, porque
masculino es el sustantivo: número.
Al margen de lo anterior se debe hacer la salvedad de que lo expuesto puede no aplicar para
las Gacetas Oficiales estadales o municipales, pues, en algunos supuestos dichas Gacetas sí emplean el
calificativo respecto a la
Gaceta y no respecto al número.
Ni
Es incorrecto
indicar “no vino ni por sí ni por interpuesta persona”. La expresión correcta es
“no vino por sí ni por interpuesta persona”; salvo que la negación se encuentre
al final de la oración: «el demandante no
contestó la demanda ni por sí ni por interpuesta persona».
Habían o había
Es frecuente el error de
pluralizar el verbo haber en oraciones impersonales (habían muchas sentencias que dictar, habrán otras declaraciones de
testigos). En esos casos el verbo haber
debe ir en
singular aunque el complemento sea plural (había muchas sentencias que dictar,
habrá otras declaraciones de testigos). Las formas plurales de este verbo son
válidas únicamente cuando actúan como auxiliares de otros verbos, por ejemplo: habían interrogado al perito, ¿habrán suspendido las audiencias?,
etcétera.
FUERA
Un error muy común en
nuestras sentencias es usar la palabra “fuera”, que es un pretérito subjuntivo
con función de pretérito indicativo.
Los tiempos del pretérito subjuntivo
expresan lo irreal o lo que no ha sucedido (por ejemplo, con la frase “si yo
fuera abogado” estoy evocando algo que no soy, a diferencia de los tiempos del
pretérito indicativo que expresan lo real o lo que ha sucedido, por ejemplo: yo
fui para Falcón). De ese modo, si se dice: “no
acepta la competencia para conocer de
la acción de amparo interpuesta que fuera declinada por el Tribunal
Tercero de Control del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón,
Extensión Punto Fijo”,
con esa expresión no se está indicando que la competencia fue declinada, porque
fuera describe cosas irreales. La palabra
correcta es “fue”, quedando la redacción en los
siguientes términos: “no acepta la competencia para conocer de la acción de
amparo interpuesta que fue declinada por el Tribunal Tercero de
Control del Circuito Judicial Penal del Estado Falcón, Extensión Punto Fijo”. La misma regla aplica para
pretéritos subjuntivos muy usados por nuestras sentencias de forma errónea en
frases tales como: solicitó que se declarara, peticionó que se restituyera,
cuando lo que se desee expresar es que la parte recurrente solicitó que se
declare; o la parte recurrente peticionó que se restituya; etcétera.
Si o Sí
Si o Sí: llevará tilde dependiendo si será
usado como conjunción, pronombre o adverbio[1].
En el primero de los supuestos, es decir, como conjunción condicional, el si no
lleva tilde, se usa para frases en las cuales se plantean condiciones, como se
verá en los ejemplos. En los dos siguientes supuestos (como pronombre y como
adverbio) el sí usa tilde, esto es,
cuando se usa como pronombre porque hace las veces de sustantivo, siendo su
única ubicación como término de preposición; o como adverbio, es decir, como
afirmación de una idea o un verbo.
Ejemplo
de “si” (sin tilde) porque se usa como conjunción condicional:
·
De la lectura del escrito presentado observa
esta Sala que no es posible determinar con certeza si la pretensión deducida es un amparo constitucional para la
simple restitución de una situación jurídica particular de sus representados, o
si lo que se persigue es la tutela
de intereses colectivos o difusos más allá del estricto restablecimiento de
situaciones jurídicas…
·
Artículo 19.- Todo individuo que presencie o
sepa que se está cometiendo o se intenta cometer algún delito o falta, debe
impedirlo si tiene medios eficaces
para ello, y en caso de no tenerlos, dar parte inmediatamente a la Policía…
Ejemplo de “sí” (con tilde) porque se usa
como pronombre:
·
A pesar de que los hechos lesivos son actos
susceptibles de ser impugnados ante la jurisdicción contenciosa administrativa,
cabe destacar que tal circunstancia no hace por sí misma inadmisible a la acción de amparo…
·
Sin embargo, el artículo 78 del Código de
Procedimiento Civil prohíbe la concentración de pretensiones en una misma
demanda, en los casos en que las pretensiones se excluyan mutuamente o que sean
contrarias entre sí…
Ejemplo de sí (con tilde) porque se usa como
adverbio:
·
Lo anterior explica que en el modelo
concentrado que esté acompañado de control por vía incidental, por lo general
cualquier juez, sin importar jerarquía, puede dirigirse al Tribunal
Constitucional. No importa el grado ni el estado en que se encuentre la causa;
sólo importa que exista un asunto de inconstitucionalidad sobre el cual el juez
no puede pronunciarse para desaplicar la norma y se ve obligado a remitir el caso
a quien sí puede.
[1] También puede ser usado como sustantivo que es el caso del nombre de la séptima nota en la escala
musical: la nota SI, que no lleva tilde; sin embargo, como su uso forense es
casi nulo, hemos preferido relegar su referencia a la presente nota a pie de
página.
El uso correcto de la coma
En
nuestras sentencias el error de redacción más frecuente es separar el sujeto
del verbo con coma, lo cual podría modificar sustancialmente el sentido de la
oración.
¡Tras la caza de los mitos!
Existen muchos mitos sobre el uso de
la coma, enquistados en los borrosos recuerdos de nuestra formación primaria y básica
de “castellano y literatura”, que al momento de redactar ejercen una influencia
decisiva en la construcción de una idea de difícil comprensión. Afirmaciones
tales como: que la coma es un signo respiratorio; que la coma es un signo para
descansar; o que a cada renglón y medio debe ir una coma son totalmente falsos.
Así, respecto de la idea de que la
coma es un signo respiratorio o para descansar en la lectura cabe advertir lo
siguiente: al igual que el resto de los signos de puntuación, la coma le indica
al lector la entonación prosódica y la estructuración sintáctica de la frase;
no obstante, es común encontrar que la frase prosódica (es decir, la idea que
es leída con la inflexión y las pausas que le dan sentido) no siempre
corresponde con la frase sintáctica (la frase escrita y el contexto donde se
incardina). Esto quiere decir que «…la entonación y pausas no siempre coinciden con los límites entre
cláusulas y por lo tanto, las pausas no siempre son buenas indicadoras de la
puntuación correcta al escribir»[1].
En otras palabras, la coma «…no es un signo respiratorio sino estructural…»[2],
de suerte que cuando se lee en voz alta quizá deba hacerse pausa donde haya una
coma para que el texto se entienda mejor; pero de seguro también habrá que
hacer una pausa igual donde no la hay. En resumen, cuando se escribe no se
piensa en pausas respiratorias sino en la estructura y, consecuentemente, en el
significado de la idea.
Para expresar una idea escrita de
forma clara es fundamental que sea sencilla; y con esto no nos referimos a que
el contenido sea superficial, sino a la forma fluida con la que se expresa la
idea, lo que está vinculado a la forma en que se emplea el lenguaje. Mientras
más sencilla sea la redacción de una idea mayor probabilidad habrá de que se
entienda y se procese su contenido, así éste sea complejo.
La oración determinativa
El primer paso para alcanzar la
claridad en el lenguaje es seguir la estructura SUJETO-VERBO-OBJETO, luego
podrá agregarse los accidentes o circunstancias de modo, lugar o tiempo; pero
serán estás las que completen la idea central ya expresada, que fija el aspecto
nuclear de lo que se quiere transmitir; sin embargo, lo usual es que se escriba
al revés; primero las circunstancias y luego la idea concreta
Ejemplo
de una idea que siga la estructura SUJETO-VERBO-OBJETO sería: El Tribunal a quo
(sujeto) admitió (verbo) el amparo (objeto). Luego podríamos agregarle una
circunstancia de tiempo que indique cuándo admitió el amparo: El Tribunal a quo
admitió el amparo el 12 de junio de 2006; sin embargo, la redacción forense
invertiría el orden y la frase quedaría redacta así: el 12 de junio de 2006 el
Tribunal a quo admitió el amparo.
La
redacción jurídica suele alterar el orden regular de la oración (sujeto, verbo,
objeto y los complementos de circunstancias), especialmente las circunstancias
de tiempo, pues es menester resaltar la data en la que ocurrió el hecho
descrito para advertirle al lector que se cumplió con el principio de
preclusividad de los actos procesales o que no ha operado la caducidad o la
prescripción. En esos casos, es decir, cuando se invierte el orden común de las
partes de un enunciado anteponiendo elementos que deben ir después, se debe
colocar coma después del bloque anticipado. Así, cuando se indica que: "el 12 de
junio de 2006, el Tribunal a quo admitió el amparo", luego del bloque anticipado
debe ir coma.
De
ese modo, son muchas las circunstancias que influyen en el empleo de la coma.
Lo
que se debe retener de lo hasta aquí expuesto es que la oración con la
estructura sintáctica que referimos (SUJETO-VERBO-OBJETO) es la parte esencial
o determinativa de la oración (oración determinativa). Ella en sí misma expresa
una idea completa. Dentro de este contexto el verbo es la estructura central
sobre la que se cimienta la oración. Para construir una oración hay que partir
del verbo, como núcleo de ella, para luego agregar los otros elementos hasta
conformar la parte determinativa y finalmente incorporar los detalles
accidentales.
La oración determinativa:
Ejemplo:
El a quo dictó
sentencia
En el ejemplo
cada elemento está conformado por una palabra; sin embargo, el sujeto, el verbo
y el objeto puede y suelen estar conformado por varias palabras, lo cual no
altera la estructura SUJETO-VERBO-OBJETO.
1) El Juzgado
de Primera Instancia dictó sentencia
2) El a quo ha
dictado sentencia
3) El a quo
dictó sentencia interlocutoria
También puede ser una conjugación de
todas las anteriores:
4) El Juzgado
de Primera Instancia ha dictado sentencia interlocutoria.
El hecho es
que extensa o breve la oración determinativa exige que se preserve el orden
SUJETO- VERBO-OBJETO.
POR QUE, POR QUÉ, PORQUE Y PORQUÉ
Por que: es un complemento de finalidad el
cual equivale a “para que”;
sin embargo, su uso es muy poco frecuente.
Ejemplo de por que complemento de finalidad:
“A los efectos de ir
conciliando en definitiva una acertada determinación de la competencia
casacionista en cada una de las situaciones que se presenten, la Sala aboga por que [para que] se atiendan las
previsiones contenidas el indicado artículo 28 del Código de Procedimiento
Civil…
Por
qué:
está compuesto por una preposición (por) y un pronombre interrogativo (qué),
que cumplen función interrogativa en oraciones afirmativas, negativas o
interrogativas propiamente dichas. Aquí cabe una aclaratoria, según el DRAE la
interrogación efectivamente se emplea para preguntar; pero ese no es su uso
exclusivo. En retórica la interrogación no sólo se usa para manifestar dudas o
pedir respuestas sino también para expresar indirectamente la afirmación o dar
más vigor y eficacia a lo que se dice[1].
Ejemplo de la función interrogativa de “por
qué” en una oración afirmativa:
…en la solicitud se
limitó a narrar de manera escasa lo sucedido sin que explicara en qué consistía
la actuación denunciada y por qué
era necesario revisar el fallo que pretende desvirtuar.
Ejemplo de la función interrogativa de “por
qué” en una oración negativa:
…no se sabe, ni
consta el expediente, por qué el
tribunal remitió las actas procesales a este órgano jurisdiccional…
Ejemplo de la función interrogativa de “por
qué” en una oración interrogativa propiamente dicha:
¿Por qué se teme -temor que parece que la Sala podría eliminar- que los
abogados litigantes y los jueces se sientan limitados “para encontrar la
VERDAD”?
Porque
actúa como conjunción causal y, por tanto, está al comienzo del complemento de
causa. Dicho en otras palabras, actúa como respuesta a una interrogación
(explícita o implícita).
Ejemplo de “porque”:
Aunado a lo expuesto,
se encuentra el hecho de que si el Ministerio Público no presentó acusación en
este caso, no obstante haberles imputado la comisión del delito supra referido,
es porque con el desarrollo de las
investigaciones que él realizó no surgen elementos de convicción que le
permitan presentar una acusación contra nuestros patrocinados.
Porqué es
la sustantivación de “por qué”, y como toda sustantivación va precedido de
artículo (el
porqué,
un porqué).
El uso correcto de esta expresión se determina cuando puede equipararse con la
causa, el motivo o la razón de algo sin alterar la oración y sin necesidad de
agregarle ninguna preposición[2].
Ejemplo de “porqué”:
Señaló que la Corte de Apelaciones debió
analizar en su decisión cada punto contenido en la sentencia del Tribunal de
Control y explicar el porqué de la
coincidencia [el motivo de la coincidencia].
Cabe
aclarar que es muy común confundir la expresión “el porqué de” con la función interrogativa de “por qué” mal empleada. Por ejemplo, en la siguiente idea se
sostiene, lo siguiente:
En el caso de autos,
la demandante arguyó razones por las cuales optó por la vía del amparo en lugar
de la tercería; sin embargo, no justificó en ningún momento el porqué no se opuso al decreto de
prohibición de enajenar y gravar.
La frase resaltada es incorrecta
porque la estructura de la oración no está construida para la sustantivación de
por qué, lo cual se constata en el
hecho de que no es posible sustituirla por la frase “el motivo de” sin adicionarle
la preposición respectiva. La expresión correcta sería:
En el caso de autos,
la demandante arguyó razones por las cuales optó por la vía del amparo en lugar
de la tercería; sin embargo, no justificó en ningún momento por qué no se opuso al decreto de
prohibición de enajenar y gravar.
Nótese que en la nueva redacción se
eliminó el artículo “el”. En cambio, si la intención era redactar la oración
sustantivizando al “por qué”, la
idea hubiese quedado redactada más o menos así:
En el caso de autos,
la demandante arguyó razones por las cuales optó por la vía del amparo en lugar
de la tercería; sin embargo, no justificó en ningún momento el porqué de su omisión a oponerse al
decreto de prohibición de enajenar y gravar.
[1]Esto desdice del
mito según el cual el pronombre “qué” usa tilde exclusivamente cuando se
formula una pregunta
[2] Fernando Ávila, Español correcto para dummies, 3° edición, norma,
Bogotá, 2002, p.156.
[1] Vid. Irene Carolina Iribarren P., Ortografía Española. Bases
Históricas, Lingüisticas y Cognitivas, Los Libros de El Nacional. Colección
Minerva, Editorial Equinoccio, Caracas p. 41
[2] Fernando Ávila, Español Correcto para Dummies, Grupo Editorial Norma, Bogotá,
2002, pp. 251-252.